Andrés Pedreño, enero 2004
(Para el libro: SANGRÀ, Albert; GONZÁLEZ, Mercedes (Coords.) (2004) La transformación de las universidades a través de las TIC: discursos y prácticas. Barcelona: Editorial UOC)
Durante muchos años se ha hablado intensivamente de la calidad en las universidades casi como retórica con la grandilocuencia de quien se ve obligado a hablar bastante pero a ejecutar menos. Quizás no había espacio para mucho más. La limitación de los recursos dedicados a la enseñanza superior en los ochenta y noventa, en un marco en el que la demanda se duplicaba en apenas ocho años en un país como España, dejaban una muestra concluyente de que, pese a los progresos que se perciben desde una perspectiva histórica, el camino que se trazaba no dejaba margen para demasiadas ambiciones.
Cualquier Plan Estratégico que una universidad pensase en ejecutar acumulaba tareas en todos los frentes: infraestructuras, equipamientos, docencia, investigación, gestión con objetivos en los que la calidad quedaba mermada por la eficiencia de los recursos monetarios que era capaz de absorber.
La calidad, era, es y será un tema de agenda en el ámbito universitario. La introducción de las TIC viene a aportar una variable muy importante en el debate de la calidad. Sin perder su condición de instrumento, su potencialidad abre perspectivas inimaginables hace escasos años y su bajo coste hace posible su viabilidad de forma extensiva a multitud de instituciones académicas en diferentes países.
No cabe en la actualidad plantear estrategias de calidad en el ámbito universitario sin pensar al mismo tiempo en un papel destacado de las TIC sea en la docencia, gestión o actividad investigadora. Espero que sea una proposición generalmente aceptada[1].
Aunque, quizás esta vía no sea vista con claridad a corto plazo por el conjunto de las comunidades académicas de todos los países, pero no cabe duda que irán implantándose de forma generalizada en las universidades más comprometidas para continuar gradualmente su generalización. En todo caso, sí conviene insistir en la complejidad y entidad de un cambio cultural[2] en la que quizás se verán afectados intereses, métodos, privilegios… Estas circunstancias harán probablemente el cambio más lento de lo que sería deseable y con resistencias que en algunos casos pueden proceder de sectores influyentes en el sanedrín de la comunidad académica.
A esto se ha unido una eclosión exagerada de proyectos no viables o enfocados de forma no acertada o prematura[3] que han creado un clima de escepticismo nada beneficioso para el desarrollo de las potencialidades que las TIC pueden proporcionar en general. Internet en el ámbito de las universidades tiene un potencial de desarrollo que se sitúa muy la margen de cualquier mercantilización o explotación comercial de las TIC[4]. A esto hay que unir la capacidad de innovación e implantación de nuevos desarrollos[5] y una rápida extensión que, al parecer es más rápida y de mayor cuantía en el ámbito universitario[6] sobre la población en general (como cabría de esperar).
Nos inclinamos a defender que las TIC vienen a alterar muchas de las preconcepciones que sobre la calidad se venían haciendo en los diferentes ámbitos de las universidades. La herramienta no ha alterado los fines últimos pero sí ha facilitado medios potentes y ha corregido estrategias que por su complejidad y carestía las hacía de dudosa viabilidad.
Basta recordar propuestas de planes en un pasado todavía reciente. Una potenciación de la gestión pasaba hace algunos años por un incremento sustancial de los recursos humanos destinados a cualquier fin. Hoy, la generación de herramientas potentes de gestión puede recortar sustancialmente estas necesidades, las especializa y libera recursos para otras demandas que incrementan el alcance y calidad de las propias prestaciones. Pero no todo es tan fácil el concepto de calidad se complica si lo llevamos a los terrenos de la docencia y la investigación… Aquí la teoría no es tan sencilla.
Estas líneas solo pueden pretender transmitir unas modestas reflexiones hechas casi a golpe de teclado para compartir inquietudes más que conocimientos…
El alcance del cambio
Un concepto de calidad ajustado a prioridades y a la capacidad real de transformación de nuestras comunidades de profesores y alumnos tiene que plantearse el alcance del cambio. Este nos va determinar en gran medida la capacidad del impacto que va producir derivado de su asimilación en mayor grado y a la rapidez de su extensión. De poco sirve planteare cambios muy complejos y sofisticados si su absorción se reduce a minorías capaces además de profundizar en la denomina brecha digital y que, además van favoreciendo un rechazo por parte de una masa relevante de la comunidad universitaria que ve en ello una barrera difícil de franquear.
Desde la perspectiva del alcance quizás convenga recordar que debemos empezar por las cosas más sencillas y perceptibles, aquellas que los usuarios pueden hacer suyas con mayor rapidez y cuya generalización en el conjunto de la red crean estándares capaces de ser utilizados con el menor esfuerzo y la mayor familiaridad[7]. El papel del usuario y su psicología es de una importancia crucial si nos plateamos como prerrequisito de una política de calidad a través de las TIC que su implantación o aceptación llegue a una masa relevante personas y no se quede en un esnob señuelo de minorías con inquietudes.
La segunda parte de este trabajo se hace un repaso de proyectos que tratan de configurarse dentro de esta filosofía. Debe quedar claro que el límite no está hoy por hoy en las herramientas, está en los usuarios si queremos apostar por un cambio equilibrado y lo más generalizado posible[8] que repercuta notablemente en la calidad de nuestros servicios universitarios.
A la hora de tratar el alcance de las TIC quizás tenemos más claro lo que no debemos hacer que lo que tendríamos que hacer. Si algo se va clarificando es gracias a las señales que ya hemos recibido de los usuarios o desde el ámbito universitario en general.
Gerard Gaspar, ex presidente de una universidad como la de Stanford, en cuyo mandato coincidió una verdadera eclosión de ideas empresariales y de herramientas[9] que han tenido un gran impacto entre los usuarios de todo el mundo, advertía a mediados de los noventa, sobre el impacto que la “virtualización” y la privatización de la formación tendría en las universidades convencionales. Esta bastante generalizada percepción generó en todo el mundo un importante brote de proyectos que pretendían fomentar la enseñanza virtual a escala planetaria. Prestigiosas instituciones y relevantes inversiones públicas y privadas se encauzaban alegremente hacia ofertas de cursos y formación a través de Internet.
El fracaso de este tipo de proyectos vino a demostrar que estamos ante un tema más complejo de lo que cabría esperar. Los usuarios navegan y aceptan la red… pero todavía son escépticos sobre si esta es idónea para cuestiones como la formación, el comercio o los servicios de pago… ¿por qué?
Quizás el usuario o la red deban madurar o incluso debamos esperar a un cambio generacional en el que la pantalla sea aceptada sin miramientos o las propias claves de la comunicación virtual aceptadas sin reservas… La imagen de jóvenes de hoy que ven en la pantalla de su teléfono móvil un aliado permanente para la comunicación y el juego, se conectan diariamente durante horas con el Messenger o han practicado miles de videojuegos[10] , quizás sean la base generacional que necesitamos para que muchas de las ofertas, que se creían podían tener un impacto muy relevante y fracasaron, vuelvan resurgir con fuerza y éxito en un plazo razonable.
¿Qué hacer mientras tanto? ¿A qué ritmo debemos ir? Probablemente la idea más atractiva sea “crear puentes” entre lo presencial y lo virtual. Sin duda, el MIT podría habernos sorprendido con propuestas más complejas y sofisticadas que las que encontramos en su proyecto OpenCourseWare[11]. En mi opinión la grandeza del proyecto es que involucra a la totalidad de la comunidad de profesores en sus tareas cotidianas y en lo que es matera esencial de su actividad: la docencia. Como simple ejercicio de una comunidad docente adquiere una relevancia digna del mayor elogio, máxime si “el ejercicio” es expuesto a la observación y mirada crítica de todo el planeta: alumnos, profesores desde Japón a Hawai o desde Noruega a Sudáfrica utilizan, contrastan y evalúan sus materiales. Esto por no hablar de las implicaciones de su gratuidad[12].
Otro paso en la misma dirección la constituyen las “Bibliotecas de Objetos de Aprendizaje” que surgen como agregación de una revolución silenciosa “desde abajo”, desordenada, pero cuantitativamente relevante y que tendría que haber sido el preámbulo de la formación en línea como base para su aceptación y demanda a gran escala.
La planificación de una política pomposa de calidad a través de las TIC nos llevaría a cosas muy distintas[13]… Pero Internet ha nacido con claves y códigos no escritos propios que los usuarios existentes marcan en ocasiones con un sentido excluyente que les dan su condición de adelantados exploradores de un mundo nuevo. La calidad más efectiva, que fluya eficazmente favoreciendo los métodos docentes y el alcance y extensión del aprendizaje, con una generalización relevante, tendrá que tomar como base esta idea. Por más que nos puedan tentar experimentos de laboratorio que superen el “estado de la cuestión”.
No deberíamos preocuparnos a priori del alcance del cambio, sino que este fuese produciéndose de forma continua y equilibrada, abarcando la totalidad de los miembros de una comunidad universitaria.
La cooperación universitaria y la calidad a través de las TIC
Si universidades como Oxford, Yale, Stanford y Princeton unen sus esfuerzos en un recienteproyecto (AllLearn: Alliance for Lifelong Learning)[14] para llevar a cabo Online Learning, con antecedentes como Fathom[15] o Universitas21[16] creemos que estamos ante la evidencia reconocida de que para afrontar retos relevantes en Internet la unión hace la fuerza. Esto con instituciones cuyo presupuesto anual supera al de la totalidad del sistema universitario de bastantes países de nuestro ámbito lingüístico.
Creemos no equivocarnos si aseguramos que la realidad de la red exige de una cooperación realista de las universidades a la hora de afrontar el gran reto de Internet. La red es universal, sus usuarios así lo perciben y lo exigen. Las propuestas son evaluadas en segundos a través de un clic de ratón capaz de llevarnos desde la Library Congress a una propuesta colectiva de las universidades australianas, pasando por nuestra Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes o decenas de proyectos más.
La cooperación universitaria en materia de las TIC es un paso muy importante a la hora de garantizar que la calidad de los proyectos asociados tenga la entidad y extensión temporal que propicia un escenario de cambios no fácilmente previsibles. Repasaremos algunas consideraciones al respecto:
a) Empezando por lo obvio, la docencia, la investigación, la extensión universitaria… exigen de un planteamiento de comunicación global en el que el intercambio y el progreso fluyan de forma eficiente y rápida. Internet y las TIC en general parecen herramientas hechas a medida de las exigencias de una sociedad cuya capacidad productiva en términos de producción, oferta mundial hacía ineficiente los canales convencionales desde hace décadas[17]. Los retos pendientes exigen ahora soluciones operativas[18], pero dentro de un marco de herramientas que lo hacen posible. Potencialmente, nuestros investigadores, docentes incluso gestores pueden ¿y deben? comunicarse de forma fluida para llevar a cabo sus tareas con colegas que tienen las mismas responsabilidades o impulsan mejoras y progresos sustanciales en sus respectivos campos de especialización. Existe la oportunidad científica de crear “masas críticas relevantes” de especialistas que comparten materiales, progresos, debates, intercambios, dudas, intuiciones… Es imposible imaginarse en nuestros días una institución universitaria en todo el mundo –y que realmente lo sea- que tenga un planteamiento autárquico y aislacionista en un contexto donde el progreso científico destaca por todos los poros del planeta.
b) La adopción de vías o soluciones singulares puede ser una tentación legítima ante una oferta que no ha sido capaz todavía de proporcionar soluciones definitivas ni concluyentes[19]. Los “laboratorios” de las universidades permiten aprovechar una experiencia extraordinaria y proyectar unos desarrollos potenciales de enorme creatividad e interés… El riesgo de esta vía es la del “síndrome de la isla ilustrada” se sitúa temporalmente por encima del mundo pero no se comunica en la línea que las mayorías lo hacen, lo propician y lo van estableciendo como estándares cuyas bases propician la comunicación, el intercambio y todo tipo de colaboraciones fructíferas y productivas.
c) La oferta externa de una universidad debe tomar en consideración el conjunto de la oferta global…Aquellas universidades que sometan cursos, materiales docentes a una comunidad internacional amplia, están incrementando su calidad docente más interna de su oferta convencional. Esto ya es una ventaja relevante muy a tener en cuenta.
d) Estos principios generales tienen en temas como los objetos de aprendizaje, su intercambio y su exposición universal una proyección concreta que permite insertar en la propia dinámica de una universidad lo que podríamos calificar como “autoexigencia de calidad”. Antes hacíamos referencia al proyecto del MIT en su OpenCourseWare y cómo los profesores del MIT se veían instados por su Presidente Charles Vest a “exponer” sus materiales docentes a través de Internet ¿Ha conseguido Vest una eficaz “auto-auditoria” de la calidad docente de su prestigiosa universidad a muy bajo coste? ¿En qué medida el resto de objetos de aprendizaje pueden beneficiarse de una exposición y visibilidad universal? ¿Es una forma de “ajuste natural” a la hora de asumir estándares internacionales de la calidad docente universitaria? ¿Qué pasará a largo plazo con las universidades que se resistan a someterse voluntariamente a estos “exámenes” o “auditorias”? No me atrevo a contestar rotundamente estas cuestiones, pero creo que su planteamiento ya nos obliga en sí mismo a caminar hacia algún sitio.
e) En este contexto mundial, donde las universidades norteamericanas de prestigio no desechan los mercados de la formación en América Latina, los factores culturales pueden llegar a tener un protagonismo estratégico especialmente relevante. Una comunidad hispano-parlante que une sus fuerzas a la portugués-parlante y que se sitúa geográficamente como puente de unión entre los dos centros vitales del conocimiento como son Europa y Norteamérica está sentado las bases para atraer una enorme capacidad de atención y potencial de usuarios, empresas y proyectos que tomen la innovación real como base de progreso[20]. De hecho es una unión que fortalece su autonomía e independencia.
f) Pero quizás el campo más ventajoso y perceptible sea el establecimiento de estándares comunes y de estrategias compatibles. Incluso en la mayor diversidad debe asegurarse la compatibilidad que permita la comunicación y el intercambio, dos pilares clave de la red.
¿Se percibe esta realidad en la práctica? Desde marzo de 2003 se definió un mínimo modelo de contenidos y servicios que permitiera avanzar en diez países y que 714 universidades aceptarán ser socias del mayor proyecto de Internet que en el ámbito institucional existe en el mundo: Universia[21]. Esta experiencia viene a demostrar en sí misma el protagonismo que las propias universidades reclaman dentro de Internet en función del potencial que perciben y se muestran capaces de asumir, dentro de la racionalidad de la cooperación y el intercambio que propicia la red.
Los talleres de trabajo de coordinadores[22], la formalización de Consejos y directorios en los 10 países individualmente y en el conjunto internacional –en los que participan más de un centenar de Rectores- conforman una base metodológica, nunca antes lograda, en el objetivo de coordinar la búsqueda de objetivos comunes y de establecer una base operativa de información y servicios que vincule a las universidades a través de la cooperación y el intercambio. No hay que olvidar la dimensión empresarial del proyecto que crea un referente de la relación universidad –empresa a escala planetaria y donde la gestión se convierte en una variable de primer orden para asegurar su viabilidad[23].
La e-universidad y la calidad
Estoy convencido que algunos colegas son tan pocos receptivos ante cualquier propuesta que emane de las TIC que su vinculación a la que podríamos denominar cualquier faceta de la “e-calidad” les produciría un incondicional rechazo. Este rechazo es mayor cuando perciben que profesores no destacados o ámbitos donde la marginalidad predomina ostentan y presumen de estas sofisticadas herramientas, acaparando la mayor atención de jóvenes usuarios. Pueden argumentar, además, los sonoros fracasos de proyectos en diversas vertientes del e- learning… En realidad debemos plantear si es más prioritario potenciar la universidad presencial a través de las TIC o redefinir e impulsar los proyectos virtuales.
Algunos de nuestros profesores ya no dudarían en llevar a clase un power point o hipervincular sus materiales docentes pero… ¿se plantarían si la metodología y los sistemas de los videos juegos pueden ser interesantes para impartir los mencionados materiales[24]? ¿Son los cursos que se ofertan en Internet lo que espera un alumno conocedor de las TIC y sus potencialidades?
¿Sería más juicioso apoyar las actividades docentes convencionales a través de las TIC que lanzar proyectos de e-learning en línea? Una contestación afirmativa nos reportaría algunas ventajas:
a) Sería una aportación decisiva para la imprescindible masa crítica de docentes (que sea relevante y mayoritaria) que en cada universidad exponga sus materias y conocimientos a través de las TIC, mejorando la explotación de sus potencialidades y favoreciendo un cambio cultural que hoy, aun en los espacios más avanzados, adolece de limitaciones cuantitativas y cualitativas importantes. Esto llevaría consigo un número de usuarios perceptores de servicios familiarizados en la exigencia del nuevo modelo y preparados para las vertientes del postgrado o la formación permanente en línea. Es ya una vía contrastada de éxito a través de los campus virtuales que funcionan en muchas universidades.
b) La calidad docente se vería beneficiada desde ángulos bien diferentes. Uno, por la exposición pública en la red de los materiales que son la base de la actividad docente desarrollada en las universidades[25]; otro, el propio uso de herramientas que en su máximo potencial incrementarían notablemente el alcance y los contenidos (especialmente en la hipervinculación de otras fuentes de conocimiento[26] (bajo el supuesto de que la generación de conocimiento se hace de forma dispersa entre los centros de excelencia u otros). Y por último, el dominio que se derivaría de las propias TIC por parte de los alumnos capaces de utilizar y explotar la información y el conocimiento en beneficio propio con vistas a su futuras actividades profesionales.
Hay que partir de las implicaciones que suponen el desarrollo de muchos campus virtuales en los que se desarrolla, en un entorno cerrado, una relación virtual alumno –profesor complementaria de la actividad presencial de enorme valor y significado para los fines que venimos defendiendo. Sin embargo esta relación, aun siendo extraordinariamente valiosa, sería de efectos más relevantes si coparticipa de los recursos existentes en muchos de estos campus virtuales donde predominan los denominados “objetos docentes”, cuyo valor puede ser muy relevante, especialmente en el desarrollo de la actividad docente.
Cabría pues, plantear un ejercicio teórico y práctico a favor de la calidad docente en los siguientes términos:
a) Los campus virtuales son un ejercicio introspectivo de enorme valor que ha permitido “formalizar” numerosos recursos de aprendizaje en un entorno generalmente cerrado.
b) La interconexión de este conocimiento podría ser clave como método de contraste de métodos y contenidos de enseñanzas muy diversas en espacios muy diferentes pero con objetivos convergentes.
c) La calidad podría ser el resultado, en un mundo donde la especialización y los campos de agrandan continuamente en todas las materias, de una creciente complementariedad, especialización, depuración de contenidos y métodos y potenciación de la información que reciben los alumnos en cantidad y calidad[27].
El esquema permite sintetizar de forma resumida esta cuestión:
Fase I: Generación de conocimientos y enseñanzas en los campus virtuales cerrados
Fase II: Interconexión de objetos de aprendizaje entre los centros de producción
Fase III: Complementariedad, especialización y potenciación de la información que reciben los usuarios en los procesos de aprendizaje.
Creo que estaríamos de acuerdo en que el espacio relevante para la calidad lo encontramos en la Fase III y en cuya exposición en los puntos siguientes la abordaremos con un mayor grado de detalle al tratar la Biblioteca de Recursos Docentes. La producción de conocimientos espontánea tendería a la ineficiencia si no encontramos mecanismos de coordinación que favorezcan la complementariedad, la especialización y el acceso no discriminado del conocimiento entre una población mundial. Este es un reto apasionante que puede alcanzarse con la ayuda de las TIC y en marco donde las universidades van percibiéndose como espacios abiertos y flexibles capaces de reorientar su metodología a las nuevas posibilidades que se nos brindan.
Andrés Pedreño Muñoz, Octubre 2003
Las universidades ante el cambio: La cooperación y las TIC para la mejora de la calidad en la Universidad
(Para el libro: SANGRÀ, Albert; GONZÁLEZ, Mercedes (Coords.) (2004) La transformación de las universidades a través de las TIC: discursos y prácticas. Barcelona: Editorial Universitat Oberta de Catalunya UOC)
Referencias bibliográficas en el texto - Notas:
[1] . A modo experimental fue concebido como programa de gobierno en la UA a mediados de los noventa. Queda recogido en Pedreño, A. (1997): Universidad: utopías y realidades. Cívitas. Madrid.
[2] . Uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos es la extendida opinión que las TIC se generan espontánea y fácilmente sin necesidad de políticas activas.
[3] . Patiño, M. A. (2003): Burbuja.es: Auge y caída de las empresas de Internet en España. La Esfera de los Libros, Madrid.
[4] En el año 2000, se invirtió en Estados Unidos unos $482 millones en capital riesgo en empresas que desarrollaban herramientas en línea dirigidas al mercado de enseñanza superior. Durante el primer trimestre de 2003, según Eduventures, esta cifra descendió a sólo $17 millones. Sin embargo, según esta misma fuente, en muchas universidades norteamericanas, la inversión en tecnología educativa viene experimentando un incremento de más de 100% durante los últimos tres años en consonancia con el dinamismo de Internet en el ámbito universitario.
[5] Algunas universidades viven el Internet del futuro con de redes capaces de enviar un billón de bytes por segundo, esto es, de 10 a 100 veces más rápido que las redes normales. Por ejemplo, a esta velocidad, se puede descargar todo el contenido (texto y multimedia) de una enciclopedia en CD-ROM en solo 6 segundos. Y se puede descargar toda la obra de Shakespeare en 0.20 segundos. Las implicaciones para la formación a distancia, video conferencias y otras aplicaciones son obvias.
[6] Un reciente estudio de la Universidad Complutense de Madrid destacaba que el número de navegantes diarios universitarios se ha duplicado en tres años[6], frente a un crecimiento oscilante de la media española en este mismo período. En Google, por ejemplo, los parámetros de búsqueda “university” frente a e-commerce son de de 95,3 a sólo 3,9 millones de referencias (en castellano de 5 millones a 285.000).
[7] . University of Phoenix on line es un ejemplo de éxito sobre la base de una estrategia que apunta a las cosas sencillas. Business Week la situaba en el 17º puesto de las empresas tecnológicas en el 2003 sobre la base del valor de sus acciones (se han incrementado un 557 por 100 en los últimos tres años). Su oferta en línea, a diferencia de otras instituciones universitarias que tratan de deslumbrar con tecnologías muy sofisticadas, se basa en planteamientos muy sencillos y operativos con materiales que un usuario pude descargar con un moden convencional sin recurrir a la banda ancha.
[8] . La denominada brecha digital es más difícil de explicar entre sectores de un mismo grupo y país que entre países por cuestiones de desarrollo o riqueza. En el primer caso entraríamos en la complejidad que cualquier cambio cultural lleva consigo.
[9] Como es conocido empresas como SUN Microsystem Corp. o Google, entre otras, surgieron de sus “entrañas”.
[10] Es esperanzador, y espero que no suene a frívolo, que desde ámbitos universitarios, prestigiosos especialistas estén entrado de lleno en el estudio de los videojuegos como base para la incrementar la efectividad de la enseñanza.
[11] Su URL: http://ocw.mit.edu
[12] .O de cómo el debate de la propiedad intelectual que siempre se pone por delante en nuestros ámbitos no ha arruinado en pocas semanas su propia viabilidad.
[13]. Esto es, no estamos pensando en una herramienta específica, ni en un campus virtual… como veremos más adelante.
[14] . Acuerdo de septiembre de 2002 y en desarrollo actualmente donde ya pueden verse materiales y cursos en http://www.allianceforlifelonglearning.org/ . La Princeton University no ha asegurado su presencia en el proyecto.
[15] . Fathom supone una experiencia fallida del mayor interés que fue impulsada por Columbia University, Chicago University, Michigan University, London School of Economics, British Museum, New York Public Library, Cambridge University Press… En la actualidad permanecen, por ejemplo,: Universitas21 (Universidad de Virginia con 20 universidades más entre ellas algunas asiáticas). UNext: Consorcio de 5 universidades de gran prestigio (Colombia Business School, Stanford University, Carnegie Mellon University, London of School of Economics and Political Science, University of Chicago Graduate School of Business). Esta red de universidades ha creado Cardean University . Sin excluir ámbitos geográficos atrasados. Como el consorcio The African Virtual University financiado por el Banco Mundial presente en 17 países africanos.
[16] . Que reúne a 17 universidades y han redefinido su estrategia y su alianza nuevamente buscando a un socio como Thomson Learning.
[17] . Todos hemos experimentado, incluso en un ámbito de especialización perfectamente definido que la producción de materiales docentes o para nuestro campo de interés científico nos desbordaban permanentemente en la esfera propia de la producción y distribución en papel. Algunos datos avalaban esta percepción en apenas dos años se duplica el conocimiento en campos como la biotecnología o la informática, o en apenas cinco años se duplicaba el nivel de conocimientos científicos global.
[18] Como ordenar un caos que tiende al infinito… pero ciertamente ordenable…
[19] . Los campus virtuales desarrollados por muchas universidades han permitido una auténtica revolución cultural entre la comunidad académica dado el compromiso que los máximos responsables en la gestión universitaria han asumido para implicar a profesores y alumnos de forma masiva, sin embargo, corren el peligro de de una excesiva introspección interna y escasa porosidad externa en la percepción de nuevas innovaciones y avances.
[20] . Nos estamos refiriendo a Universia, http://www.universia.net
[21] La URL: http://www.universia.net
[22] . Son los representantes de las universidades designados directamente por el Rector de cada universidad.
[23]. En este sentido, más allá del decisivo mecenazgo del grupo Santander, una aportación decisiva ha sido su logística y aportaciones para la gestión y ejecución del proyecto que cuenta con el privilegio de ser presidido y seguido muy directamente por el propio Presidente de la entidad bancaria.
[24] . Video Games Can Be Helpful to College Students, a Study Concludes. The Chronicle of Higher Education.
[25] . De alguna forma es la vía que impulsado una institución universitaria como el MIT.
[26] . Si pensamos pro ejemplo en una Biblioteca de Objetos Docentes cuya generación se produce de forma continua entre muchos centros universitarios
[27] . Partimos del hecho de que no todas las universidades pueden ostentar de un cuadro docente especializado en todos los campos y, de tenerlo, siempre podría beneficiarse del intercambio activo con los colegas de esta especialidad que destacan en el panorama mundial.
Imagenes de Nanotecnología: diversas fuentes.
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