lunes, agosto 17, 2009

La inteligencia colectiva y las empresas

La inteligencia colectiva y las empresas
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La inteligencia colectiva y la empresa



La inteligencia colectiva y los débiles antecedentes

Internet ha hecho posible que se hable de un nuevo concepto que está llamado a ser importante para su empresa: inteligencia colectiva. En wikipedia se define como "una forma de inteligencia que surge de la colaboración y concurso de muchos individuos".

Hasta ahora era un campo que estudiaba el comportamiento colectivo en general. Se aplicaba en la física de los quarks, pasando por la biología (bacterias, plantas, animales...) y, algo, en sociedades humanas. Dicho en un tono de humor, estas últimas, enfrascadas en conflictos bélicos y en la destrucción medioambiental del planeta eran un campo poco propicio para obtener resultados relevantes, más bien se derivaban enfoques hacia la "estupidez colectiva" aunque bien cierto que estas responsabilidades atribuidas al colectivo humano corresponden al segmento de la esfera política...

Internet ha venido a cambiar este estado de cosas. La inteligencia colectiva humana habrá que revisarla de forma acelerada debido al revulsivo que ha supuesto el uso de Internet y más concretamente de las denominadas herramientas sociales o 2.0.

Actualmente se trata de un concepto al alza. Los humanos definitivamente están dando muestras inequívocas de que su inteligencia colectiva funciona y proporciona resultados relevantes. Esto por más que algunos se empeñan en poner resistencias o pregonar su escepticismo sobre lo colectivo.

Nuestras estructuras sociales y particularmente las económicas rezuman un individualismo secular. No estoy seguro de si Hobbes, Locke y en general los suscritos a las teorías contractualistas (una buena parte de la ciencia económica) se inclinarían a revisar algunos de sus postulados... Quizás no es esta la cuestión. El individualismo tiene soportes bien fundamentados.

Sin embargo, Internet ha conciliado polos contrapuestos. Su mediación ha permitido conciliar el protagonismo individual del usuario con la acción colectiva. Este es el mérito de las herramientas 2.0. Están llamadas a revolucionar muchas cosas y de hecho ya están teniendo impactos relevantes en la política, la educación, el ocio, las relaciones sociales..

Las nuevas herramientas sociales 2.0 y las resistencias potenciales

Apenas han salido de la infancia o de su adolescencia. Son aquellas que permiten interactuar colectivamente, dar paso a la generación de "inteligencia colectiva". Adoptan formas muy diferentes pero en todas ellas concurren el protagonismo del usuario y la interacción social.

Son muchas las empresas que intentan comprenderlas y explotarlas. Para ello abren un canal en Twitter o en Facebook u otras redes sociales. Algunas lo han hecho a regañadientes y sólo porque hay millones de usuarios en estos sitios. No logran profundizar en las mismas, por más que contratan expertos o cuasi nativos digitales para que las gestionen.

No llegan a entender el fenómeno. Todavía se preguntan cómo Wikipedia, una enciclopedia de "inteligencia colectiva" ha podido superar a otros grandes proyectos sustentados por empresas como Microsoft u otras instituciones de prestigio. Y cualquier noticia sobre wikipedia de signo negativo es aprovechada para reafirmarse en los cómodos y viejos principios. Integrarse en esta nueva cultura digital no es fácil para la "vieja economía" y sus postulados tradicionales.

Es comprensible que entre los 150.000 voluntarios que colaboran en Wikipedia se genere suficiente "inteligencia colectiva" como para escribir unos once millones de artículos en 265 idiomas. Entre esta masa hay estudiantes, profesionales, profesores e investigadores. Pero las motivaciones que movilizan a este colosal voluntariado no se comprenden bien y, en verdad, son dignas de estudio. Lo cierto es que vienen a poner en crisis las motivaciones convencionales de la "producción" de las que el capitalismo ha hecho casi un dogma (maximizar el beneficio, la utilidad, el egoísmo personal.. como única vía para favorecer la colectividad).

Oportunidades y potencialidades 2.0

Insisto en que es urgente que el fenómeno de las nuevas herramientas 2.0 y la inteligencia colectiva sea analizado e investigado en profundidad, al margen de polémicas y descalificaciones académicas improvisadas. Quizás es un paso obligado para que las empresas vislumbren estos fenómenos más allá de "juegos sociales" o caprichos coyunturales.

Es necesario identificar con claridad el potencial de las herramientas 2.0 para la empresa en términos de comunicación, desarrollo profesional y laboral y capacidad de relación e interactuación social. También si es bueno cambiar la cultura predominante en nuestros días en las empresas. Lo más productivo para las empresas sería asimilar estos cambios desde la óptica de lograr verdaderas "oportunidades y potencialidades 2.0" relevantes para los fundamentos de una nueva economía.

Hay una confusión lógica al respecto en torno a algunos de mencionados proyectos y herramientas. No por ello deberíamos autolimitarnos. Por ejemplo, Wikipedia, -impulsada por una persona en la que se mezclan luces y sombras-, Twitter o Facebook son herramientas que, en cualquier caso, han permitido expresar colectivamente una inteligencia individual que no encontraba los canales adecuados en los instrumentos existentes hasta la llegada de las herramientas 2.0.

Otras comunidades como las asociadas al open source, otra expresión de inteligencia colectiva, dejan sin argumentos a los más críticos y escépticos. Su alcance y resultados son de tal calibre que permiten cuestionar la metodología y el negocio futuro de una empresa como Microsoft, al tiempo que alimentan la base estratégica de otras empresas más modernas como Google. Cualquier pequeña empresa será inteligente si recurre a esta vía.


La empresa, la vieja economía y la inteligencia colectiva

Se midan como se midan (salvo con la intención clara de descalificarlos) los resultados de estas herramientas son asombrosos. Pero ¿pueden ser aprovechados por las empresas? A mi modo de ver, no sólo pueden, sino que deben ser aprovechados.

En las grandes empresas con una masa crítica de empleados y equipos de profesionales directivos altamente cualificados suele predominar un ambiente marcado frecuentemente por una competición más o menos correcta. Todo ello en un trasfondo marcado por objetivos, bonus, promoción personal, poder e influencia...

En estos entornos, se dan frecuentes casos en donde una parte del tiempo individual se dedica a contrarrestar, cuestionar o incluso "entorpecer" los logros y resultados de los "competidores" (compañeros de la misma empresa). Predomina un ambiente poco propicio para la colaboración o el trabajo en equipo, fuera de las estructuras piramidales y de liderazgo bien marcadas.

También en estos entornos prevalece el viejo lema "la información es poder", así que muchos conocimientos valiosos se guardan celosamente para explotarlos a conveniencia individual. Durante meses un ejecutivo puede guardar celosamente una información que de haberla compartido con el resto de compañeros hubiera incrementado la productividad de muchas acciones dentro de la empresa. Si la utiliza sólo en beneficio propio o de su departamento y únicamente la hace pública en el momento que convenga a sus intereses más personales, su empresa no se habrá obtenido el mayor beneficio potencial de esa información no compartida.


Aprender a trabajar y competir en entornos de información y conocimiento abiertos

Las empresas, donde priman la información y el conocimiento cerrados, no parecen ir con el signo de nuestros tiempos. Y sin embargo los esquemas cerrados son muy predominantes en la "vieja economía".

De hecho, son la antítesis de las actitudes y aptitudes que se han puesto de relieve en el nuevo Internet que prevalece en nuestros días. Aquí compartir información y conocimiento reporta ventajas a todos. Es más, si no lo haces te autoexcluyes. Serás valorado (como equivalente a ser visible e incluso a "existir", digitalmente hablando) y participarás en los mutuos beneficios en razón de la importancia de tus aportaciones. Un twitter interpreta claramente la diferencia entre los seguidores (followers) de Google o Yahoo.. o de su empresa. Compartir conocimiento y poder autopromocionar tus productos van unidos.

Las herramientas 2.0 que ordenan las aportaciones individuales y proporcionan rendimientos colectivos bien definidos, pueden mejorar el rendimiento de las empresas. Pero estamos hablando de cambiar políticas y filosofías de empresa fraguadas durante décadas y asentadas en principios y experiencias de éxito en los sectores tradicionales.

Pese a la entidad de las rupturas con el pasado las empresas, sean grandes o pequeñas, tienen el reto de aprovechar la inteligencia colectiva de sus clientes, empleados, incluso del mundo de la empresa. Las empresas deben aprender a competir en entornos de información y conocimiento abiertos.

Estos nuevos enfoques favorecerán la mentalización del cambio y la introducción de innovaciones en función de un gran aporte de información y conocimiento colectivo. Es muy difícil que una pequeña empresa (incluso una de gran tamaño) pueda individual y aisladamente percibir la velocidad de los cambios e innovaciones que nos afectan. Solo participando activamente en la generación del propio cambio se percibirán las direcciones del mismo y se podrán llevar a cabo las actuaciones precisas.

¿Percibirán nuestras empresas en tiempo y forma esta nueva cultura?

No es fácil predecir que ocurrirá. Habría que empezar por introducir estas nuevas herramientas en nuestros sistemas educativos. Y esta tarea no es ni mucho menos improvisable.

Necesitamos una sociedad que valore otras formas de comportamiento social, una cultura digital que llegue más allá del ocio. Las empresas no deben conformarse con guardar las apariencias. La nueva cultura digital lleva consigo cambios de hondo calado.

Lo ideal en todo este proceso de cambio es que no aparezcan brechas sociales relevantes. Pueden aparecer brechas entre los sectores de la vieja y la nueva economía, entre las grandes y pequeñas empresas, incluso dentro de una misma unidad empresarial, brechas generacionales entre nativos e inmigrantes digitales. Y quizás evitarlas es una tarea importante.

Andrés Pedreño

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